La habitación de la reina - Kenryu -

Agh... Y-Yo... Apenas pod´pia ya murmurar siquiera, tenía ganas de gritar lo caliente que estaba pero las ganas del cuerpo de hablar sin palabras le ganaba y su cadera ya se había empezado a mover por si sola frotando el tronco de su miembro con su intimidad. Miró haca abajo, queriendo ver como la cabeza de su pene se asomaba entre su propia pelvis y el vientre de Charlotte pero solo pudiendo ver sus senos aplastados en su contra y el rostro de esta lamiendole los labios, acabó por gemir y aferrarse a las sabanas con fuerza como descargandose para evitar usar dicha fuerza que casi rasgó las sabanas contra ella.

Tomó la cinura e Charlotte y la hizo leves centimetros hacia arriba echando su cadera abajo undiendla en el colchón buscando su pene rosara contra su entrada. Esto... Y teniendola lista se esnorzó por querer hacerla gritar dandole una sola, cetera y profunda estocada que llegara a tocar fondo en la pelirosa y que no obstante a él le sacó un trendo quejido obligandole a echar la cabeza hacia atrás y abrir boca y ojos en su maximo.

Entrecerró los ojos por un momento cuando este comenzó a mover la cadera de igual forma.

- ¡Ahhhhhh~! -.

No pudo evitar no gemir si no gritar cuando este le penetro de esa forma tan subita, apretó los ojos a la vez que apoyaba su frente en el pecho de este, mientras sus puños se cerraron con fuerza.
Su respiración se acelero de golpe al igual que su corazón. No se movió todavía, mas si su cabeza, se aproximo al cuello de este aun manteniendo sus ojos cerrandos, lamiendo toda su palida piel, dando un largo beso en esa zona dejando incluso una leve marca rojiza.
Abrio sus ojos celestes, los cuales estaban brillando como nunca antes, sonrió para si misma con algo de picardia y sensualidad mientras que sus manos se apoyaron en el pecho de este para poder tener de donde apoyarse para poder sentarse, clavando su mirada en los ojos de este. Sus manos pasaron del pecho del muchacho a las manos de este, agarrandolas y obligandolo a agarrar sus senos, insitandolo a masajearlos o acariciarlos a su gusto.

Su gritado gemido había sido cortado por un gemido más bajo y gozador al sentir la lamida y beso en cuello, ahciendole arquear la espalda y cuando esta le dejó, quedando aquella ensalibada marca rojisa en su cuello Kenryu le miró con un tremendo líbido y excitación en su rostro, más allá de sus ojos que se clavaron de inmeiato en los senos que exigían atención de su parte.
Sonró mienrtas echaba la cadera hacia abajo hasta dejar solo poco más allá de la cabeza d esu miembro dnetro de ella y sujetandole los pechos,apretarselos con fuerza y estocarla una vez más ahora incluso con más impetu que la primera vez aguantandose el gruñido alto al apretar los dientes. De inmediato bajó la cadera y dió otro punzaso seguido de sacudir un poco los pechos de la reina haciendoles movimientos con sus manos desde abajo y los costados, ocasionando que estos rebotaran hacia el centro de su pecho y se golpearan el uno con el otro emitiendo un sonido que pronto la cadera de él con la de ella comenarían a emitir a un ritmo rápido pues las estocadas del dragón se comenzaron a volver sumamente veloces, ardientes y profundas, haciendo que por ele sfuerzo d epracticamente penetrarla dos veces por cada segundo, a veces tres en uno solo, le colocaban el pecho rojo y el sudor comenzaba a aflorarle la piel.